La planta destacada de esta ocasión es Eugenia myrtifolia.

Un arbusto perenne que puede alcanzar los tres a cuatro metros de altura, sus brotes nuevos viran del color ocre a rojo intenso lo que contrasta con el verde característico del resto de la planta.

Su porte es bastante cónico, muy ramificado y tupido.

Florece muy abundantemente en primavera e incluso en otoño, con pequeñas flores en racimo color blanco crema y fructifican en verano una drupa comestible con carozo de color magenta muy ornamentales.

Tolera muy bien la poda y tiene un crecimiento rápido. Reacciona muy favorablemente al riego abundante durante la época veraniega, incrementando su volumen muy rápidamente.

Le gustan los suelos bien drenados y ligeros.

En las ubicaciones soleadas la planta crece con más vigor, aunque tolera también la semisombra.

Es ideal para cercos, crear grupos o para plantar en macetas.

Recibe muy bien al aporte de materia orgánica o fertilizaciones con macro y micronutrientes en sus momentos de mayor desarrollo y producción.